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por Miguel Ángel De Marco
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"¡Qué hermosa letra, qué poesía!", pensé mientras cantábamos. Estaba con mi familia sentado en el culto de adoración de nuestra iglesia y el director de canto nos dirigía en "En el seno de mi alma una dulce quietud". A medida que iba cantando, me sentí interpretado por el autor de ese himno. "Este hombre vivió lo mismo que vivimos nosotros", pensé. Y sí, es una letra emocional, sin mucha doctrina y muy emocional. Pero a diferencia de otras canciones cristianas que apelan a lo emotivo, esta apelaba a lo que yo experimento en otros momentos de mi vida y no sólo cuando voy al culto de adoración. Al día siguiente, mientras regresaba a mi casa después de un día de trabajo en la oficina, por la radio de mi automóvil escuché al francés Charles Asnavour cantando "De quererle así". una canción secular que es la expresión de un hombre hacia la mujer que tanto ama. ¡Qué tema! Y mientras escuchaba intenté recordar aquellos tiempos inolvidables cuando andábamos de novios con Liliana, mi esposa. En un momento, escuché que la letra de Asnavour hablaba algo así como "de quererte así... hasta olvidar el nombre de Dios". "¡Un momento!", me dije, "no es para tanto". Entonces recordé que cierto día (ese difícil, intenso e irrepetible día en que le declaré mi amor) hasta me había olvidado del Señor. No pensaba en nada más que en ella; y si en algún momento del día oré..., imagínese usted cuál habrá sido el motivo de tal plegaria. No había caso, aunque con alguna licencia poética ¡hasta en eso me interpretaba este cantante! El ser humano tiene, inherente a su vida, experiencias emocionales que fueron concebidas por Dios al creamos. El fue quien hizo nuestras emociones y todas las cosas que vivimos tienen su medida emocional. Aun cuando nos recostamos en un sillón experimentamos sensaciones emocionales, como cuando trabajamos. hablamos, caminamos, etc. y esa cuota emocional ¡.. .mueve al mundo! De Gaulle dijo: "Gracias a la razón uno sobrevive, pero gracias a la pasión uno vence". "Los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz (Lu. 16.8). Lo dijo Jesucristo y sigue siendo regla. ¿Por qué lo digo? Porque ellos cantan de estas cosas y arrastran multitudes. Los cantantes seculares se especializan en interpretar los grandes momentos emocionales de los hombres y de las mujeres y, lo que es muy peligroso. cuando cantan transfieren su propia filosofía de la vida; su ética está en sus canciones. Cantan sobre la pareja y justifican cualquier perversión imaginable, cantan sobre los padres y los hijos y ocurre lo mismo. En este tiempo, los que más adeptos e influencia tienen son los cantautores... y nosotros seguimos cantando para adentro de la iglesia. Hace un tiempo me llamó la atención que el Trío Mar del Plata (conjunto folclórico cristiano latinoamericano) contara en su repertorio con muchas canciones que hablan de casos personales, historias de vidas y momentos emocionales cotidianos. Ellos cantan sobre temas corno la niñez desamparada, el pago de impuestos, los hijos, los padres, parejas etc. etc. Cierto día vino a nuestra casa el compositor de la mayoría de las canciones del grupo, el pastor brasileño Pancho Martell. En un momento del almuerzo le pregunté cómo era que había comenzado a escribir canciones que hablan de casos personales. "Lo aprendí de los comunistas", respondió Martell. "Me di cuenta de que varios cantantes comunistas tenían mucha acogida popular porque hablaban de las cosas que suceden en la vida, y adopté su método". Tenemos, en la iglesia cristiana toda, canciones, himnos y temas que son bellísimos y de una profundidad muy edificante. Billy Graham dice que la Biblia, las biografías de misioneros y el himnario son sus libros prioritarios. Pero, ¿qué sucede con los artistas cristianos que soto interpretan al ser humano en su relación con Dios? ¿Por qué no hay canciones y temas musicales que interpreten los momentos emocionales del hombre y de la mujer, aparte de la alabanza? ¿Por qué no ofrecer al mundo canciones que hablen de la experiencia del amor en pareja, ¡y con filosofía cristiana!? ¿Será que su matrimonio y el mío no merecen una canción? Y si la merecen, ¿por qué no ser interpretados por una canción cristiana, en lugar de las de Javier Solís, Chabuca Granda o Roberto Carlos? ¿Será que los poetas cristianos nunca pensaron en eso o será que la iglesia los expulsaría si se atreven? Eso también es parte de contextualizarse y ser sabios en la proclamación. Apuntes Pastorales |
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