|
![]() |
Como podrá darse cuenta al leer el libro Una vida con propósito escrito por Rick Warren, adorar con música es tan solo una pequeña porción de lo que se trata la verdadera adoración bíblica. Adorar es el proceso de rendir su vida entera en las manos de Dios. Todo lo que usted hace puede —y debería— ser un acto de adoración. Dios nos diseñó para adorarlo con nuestra vida entera y, de hecho, existen hábitos espirituales que podemos fomentar en nuestra vida y que nos ayudan a adorar a Dios a un nivel más íntimo. A continuación encontrará diez hábitos que lo ayudarán a adorar a Dios diariamente. 1. Adore a través de la oración. A menudo perdemos de vista este importante componente de nuestra vida de oración. Piense en aquellos asuntos por los que generalmente ora. ¿Cuánto de su vida de oración se centra en usted y cuánto en Dios? No hay duda de que Dios quiere que le compartamos todo lo que ocurre en nuestra vida. Pero también quiere que lo conozcamos mejor. Cuando nuestras oraciones afirman quién es Dios, ponemos nuestra vida de oración en una perspectiva apropiada. Eso es exactamente la forma en que Jesús nos enseñó a orar. Lea el Padre Nuestro en el Evangelio según Mateo (6.9–13). Jesús empieza la oración diciendo: «Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre». Con esta oración, Jesús nos enseña una importante lección. La oración comienza con Dios. Piense en incluir en sus oraciones un tiempo en el cual usted se enfoque en quién es Dios. 2. Tenga el hábito de leer la Biblia. La Biblia dice que adoramos a Dios «en espíritu y en verdad». ¿Cómo podríamos adorar a Dios si no tenemos un claro entendimiento de quién es él? La verdad acerca de Dios es esencial para adorar. Preste atención al libro de los Salmos. Ningún libro en la Biblia invierte tanto tiempo describiendo cuidadosamente a la persona de Dios. 3. Obedezca a Dios. Rick Warren menciona en Una vida con propósito que adoramos a Dios cuando lo obedecemos. Todos nosotros necesitamos fomentar el hábito de la obediencia en nuestra vida. Dé pasos prácticos para darse cuenta de que este hábito forma parte de su vida. En cualquier momento que sienta que Dios le habla, no dude en responderle inmediatamente y haga de eso un hábito. No permita que el retardar sus asuntos lo abrume. Si no puede hacerlo inmediatamente, escriba lo que crea que Dios le esté poniendo en su corazón, ¡para que pueda hacerlo PRONTO! 4. Diezme. Si desea saber qué es lo que adora en su vida, eche un vistazo a su registro bancario. La Biblia nos enseña esta importante lección: «Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón» (Mateo 6.21, versión NVI). Dios quiere que le rindamos todo nuestro ser. Una forma de mostrarlo es dejando que él sea el Señor de nuestro dinero. Si usted ya es un dador comprometido, considere aumentar el porcentaje que está dispuesto a dar. 5. Desarrolle relaciones profundas con otros cristianos. La Biblia enseña que Dios nos diseñó para vivir en comunidad con otros cristianos. Agradamos a Dios cuando conocemos a otros y permitimos que otros nos conozcan. En mi iglesia Saddleback, la forma más práctica y favorable que tenemos para conocernos es a través de los grupos pequeños. 6. Comparta su fe. Hace algunos años, John Piper hizo que muchos de nosotros re-observáramos la razón por la cual compartíamos nuestra fe cuando dijo: «Las misiones existen porque no existe la adoración». Dios quiere que cada persona en el planeta lo adore, no porque Él sea un ego-maniático que necesita nuestra alabanza, sino porque Dios nos diseñó para adorarlo. Él quiere lo mejor de nosotros. Tome tiempo durante esta semana para compartir con alguien más su peregrinaje espiritual. Cuénteles cómo empezó en su fe en Cristo. No se preocupe por la respuesta de ellos. Descanse en la verdad de que usted forma parte del proyecto divino de expandir al mundo entero la adoración a Dios. 7. Sirva a los demás. Jesús nos dice que «en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mateo 25.40). Cuando nos servimos unos a otros, Jesús nos dice que realmente lo estamos sirviendo a él. Si usted cree que no tiene ningún don que sea útil para servir, se equivoca. Dios lo hizo con talentos y dones que él especialmente le dio para servir a los demás. 8. Desarrolle en su vida un espíritu de gratitud. Esto requiere que veamos el mundo a través de un par de lentes diferente. Cuando vemos a través de los lentes de gratitud, vemos nuestra vida —y todo lo que hay en ella— todo como un regalo de Dios. Desarrolle su propio ejercicio espiritual cada mañana que demuestre que se está poniendo los lentes de gratitud. Después empiece a agradecer a Dios por todo lo bueno que hay en su vida. 9. Empiece a entregarle a Dios áreas de su vida que nunca antes le había dado. Este es el corazón de la adoración —rendirse. Dios no busca 90% de su vida; él lo quiere todo. Posiblemente, usted haya sido por mucho tiempo un seguidor de Jesús, pero ciertas áreas de su vida aún no se las ha entregado, las reserva solo para usted. ¿Cuáles son esas áreas? Solo usted lo sabe. Dos buenos lugares para echar un vistazo son sus finanzas y su agenda. Observe las áreas de su vida donde invierte más tiempo y dinero. ¿Honran a Dios? Como usted es humano, seguramente guarda más de algún pecado del que necesita rendir cuentas. Piense en el último mes y escriba cada una de las veces que recuerda haber desobedecido una clara enseñanza de Dios. Luego busque patrones. Si encuentra patrones de pecado en su vida, estos son áreas que necesita entregarle a Dios. Justo en ese momento, pídale a Dios que lo ayude a vencer ese pecado. Pídale a su grupo pequeño que ore por usted. 10. Viva una vida con propósito. Dios tiene una razón para su existencia. De hecho, él tiene cinco: comunión, discipulado, servicio, evangelización y adoración. Usted agrada a Dios cuando vive según Sus propósitos. Dios no quiere que desperdicie su vida Usted fue diseñado para agradar a Dios. El propósito de la adoración es el fundamento para los otros cuatro propósitos. La comunión sin el espíritu de adoración se reduce tan solo a una «reunión» común y corriente. El discipulado sin la adoración no es nada más que un ejercicio mental infructuoso. El servicio sin la adoración no es otra actividad que «pasar el rato». La evangelización sin la adoración es una declaración sin testimonio. Adorar no es simplemente un área de su vida, es su vida. Empiece justo en este momento y rinda su vida a Dios. Luego pase el resto de su vida aprendiendo a adorarlo en una forma más completa. Este artículo fue tomado de HYPERLINK "http://www.Pastors.com" www.Pastors.com. Usado con permiso. Copyright 2005 por Tobin Perry. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Traducido y adaptado por DesarrolloCristiano.com |
2 comentarios:
hola esta bn padre este estudio, solo queria saber si esto viene en el libro de una vida con proposito pues si es la fuente tnkiu DTB
GRACIAS POR LAS PALABRAS, QUE DIOS LOS BENDIGA RICAMENTE
Publicar un comentario